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COSACOS
en WWII
Stalin,
cuando comprendió que la guerra con Hitler era inevitable, intento
atraer el patriotismo de los cosacos. Lo hizo estableciendo una división
cosaca en el Ejército Rojo. Pero tener sangre cosaca no era una
condición para pertenecer a esta unidad. Habían cosacos
nativos, por supuesto, pero no era una división completamente cosaca,
por lo tanto, no podía ser lo mismo. Al principio de la guerra, había
más de 100,000 soldados de la sangre cosaca en el Ejército
Rojo. Nuevamente, como durante la Guerra Civil, los cosacos fueron divididos.
Algunos lucharon en el lado soviético, pensando que de esta manera
ellos luchaban por la Madre-Rusia. Otros apoyaron a los alemanes con la
esperanza que así destruirían el estado ateo de Stalin y darían
la autonomía a los cosacos en áreas tradicionalmente cosacas
como Don y Kubañ. Durante la guerra, el Estado Mayor soviético
formó unas pequeñas unidades cosacas pero eran cosacas
solamente en el nombre y uniforme, muchas veces compuestas en su mayoría
por efectivos de otras nacionalidades y formación militar distinta.
Al mismo tiempo muchos cosacos nativos lucharon en unidades no
pertenecientes a la caballería cosaca, en uniformes del Ejército
soviético y no en uniformes tradicionales cosacos. Stalin no quería
que la tradición cosaca volviera a nacer. Una comunidad de personas
armadas y bien organizadas, dispuestas a respaldar a su gente, no era el
deseo de los bolsheviks para su estado.
Los
cosacos en el Tercer Reich tenían un estatus especial. No se les
consideraba como eslavos, y los ideólogos alemanes defendían
la idea que los cosacos descendían de los gottos los cuales vivían
en los territorios que fueron después poblados por los cosacos (en
áreas al norte del Mar Negro). Por consiguiente, se consideraron los
cosacos como arios. Puesto que Hitler era famoso para su anti-comunismo, los
cosacos que emigraron a Alemania después de la Guerra Civil lo
apoyaron desde muy temprano. Ellos apoyaban a cualquiera que estuviera en
contra de los bolsheviks.
Cuando
la guerra entre Alemania y URSS finalmente irrumpió, los cosacos que
tuvieron que salir después de la revolución rusa solidarizaron
con los alemanes, ya que
Alemania era la única fuerza en ese momento que confronto
abiertamente a los bolsheviks.
La
mayoría de los cosacos luchó contra los bolsheviks en la
Guerra Civil. El ejército Blanco fue derrotado en esa guerra
sangrienta, pero los cosacos nunca se reconciliaron con el nuevo gobierno y
la nueva ideología. El estado soviético suprimió las
tradiciones cosacas, negó el derecho de existir a su entidad especial
como lo fue bajo los Zares - no es de extrañarse que no quisieran
luchar para el gobierno de Stalin.
Los
alemanes intentaron atraer a la mayoría de los cosacos a su lado.
Ellos bien sabían que los cosacos eran quizás el grupo mas
perseguido por el gobierno comunista. Los alemanes lograron formar algunas
unidades cosacas pertenecientes al Ejército Blanco ruso que habían
emigrado después de la Guerra Civil, de los POWs que eran del linaje
cosaco, y de algunos voluntarios de áreas
cosacas que creían que Hitler era menos malo que Stalin.
Algunos
de los cosacos que fueron reclutados por el Ejército Rojo soviético,
posteriormente cruzaban la línea del frente para unirse a las tropas
alemanas. Ellos querían luchar contra los soviéticos. Algunos
cosacos lucharon en filas del Ejército Rojo - aquéllos
lucharon para Rusia, no para los comunistas. Un hijo de aquéllos
cosacos que finalmente terminaron en el lado alemán (un cosaco de
Don) me comento una historia que su padre le contó: cuando se
preparaba para entrar al ataque en contra de los alemanes, los soldados
cosacos primero "accidentalmente" disparaban a su instructor Político
comunista (qué era una clase de comandante ideológico de la
unidad), y sólo después de eso dirigían sus rifles
hacia los Nazis. El gobierno comunista y su ideología eran sumamente
impopulares y sólo eran sostenidos por estructuras represivas como
NKVD (después conocido como KGB). Era duro hacer decisiones entonces,
la situación no era de color blanco y negro para los cosacos. Cuando
en 1942 los alemanes avanzaron a las áreas cosacas de Don y Kubañ,
los pobladores de todas las stanitsas se les recibían como
libertadores. Las personas cantaban himnos que estaban prohibidos por las
autoridades soviéticas. Los hombres se presentaron en sus trajes
cosacos tradicionales con sus shashkas, dagas familiares y armas que habían
tenido que esconder después de la Guerra Civil.
La
situación era muy ambigua: los cosacos querían luchar contra
los comunistas, pero esa guerra se convirtió a futuro en una guerra
contra Rusia, con brutalidad hacia la población civil. Como resultado,
los alemanes no podían usar a los cosacos en las operaciones del
Frente Oriental. Había centenares de miles de cosacos luchado en
contra de los alemanes en el Ejército Rojo. Al mismo tiempo hay estadísticas
que en 1944 había más de 250 mil cosacos en el lado alemán.
Después
de la guerra, los miembros de aquéllas unidades dentro del Wehrmacht,
incluyendo sus familiares, fueron forzosamente repatriados a la Unión
Soviética por las fuerzas británicas (a pesar de todas las
promesas que se les había dado a los cosacos), y la mayoría de
estos cosacos fueron ejecutados por Stalin. Todos los oficiales mayores
fueron ahorcados, incluso los generales Krasnov (el cual tenia sobre 70 años
entonces) y Shkuro, ambos lucharon contra el Ejército Rojo durante la
Guerra Civil. La mayoría
de los oficiales menores fueron fusilados, el resto – incluyendo mujeres,
ancianos y niños- se envió a GULAG (campos de concentración
soviéticos), donde la mayoría de ellos pereció. Muchos
de esos cosacos ni siquiera eran ciudadanos soviéticos, algunos de
ellos habían nacido en emigración en familias cosacas que habían
dejado el país para evitar la persecución de los comunistas al
termino de la Guerra Civil. A pesar de esto, el gobierno británico
ayudó a que Stalin se librara de aquéllos que tiempo atrás
lograron escapar de la política del terror proclamados por Lenin y
Trotsky...
Aquellos
cosacos que lucharon en el Ejército Rojo y aquéllos que
lucharon en el Wehrmacht tenían sus razones, y no podemos nosotros
juzgarlos ahora. Los líderes cosacos soñaban con construir un
estado cosaco - Kazakia - en las tierras que eran y son históricamente
suyas. Ellos nunca consiguieron lo que se le había prometido por los
alemanes, y tampoco se les devolvieron sus derechos por parte de los soviéticos.
Cuando
la guerra termino, Stalin ya no necesitó el patriotismo de los
cosacos que lucharon en filas del Ejército Rojo. El uniforme cosaco
que había re-aparecido por un corto periodo de tiempo nuevamente fue
prohibido. El Gobierno soviético retorno a sus prácticas anti-cosacas
y destruyo lo poco que quedaba de las comunidades cosacas nativas.
Traducido por Ruslan Gavrilov (spm111@yandex.ru)
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